lunes, 2 de julio de 2012

Maternidad de Elne




El sábado 23 de junio de 2012 cuatro miembros del Colectivo contra el Olvido y la Asociación Memoria de la Transición han asistido en Elne (Francia) al homenaje que la Asociación DAME (Asociación de Descendientes y Amigos de la Maternidad de Elne) y el Ayuntamiento de la localidad organizan desde hace años en recuerdo de la enfermera suiza Elizabeth.

De camino a Elne estuvieron en Colliure, en la tumba de Antonio Machado, donde en nombre de todos los miembros del Colectivo leyeron unos versos del poeta.

Elizabeth Eidenbenz era una maestra suiza que llegó a Madrid, con 24 años, el 24 de abril de 1937 como enfermera voluntaria de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra, para ayudar a madres y niños durante la guerra civil española.
Con la caída de Barcelona, último reducto importante republicano, en enero de 1939, se produjo la mayor diáspora en la historia española, cuando medio millón de refugiados buscaron la huida a Francia como única salvación. La huida se realizó principalmente a través de los pasos fronterizos de IrúnLa Junquera, y Portbou, por donde salieron cientos de miles de refugiados, además de los restos del gobierno republicano y de la 130ª Brigada Mixta del Ejército Popular Español. Hasta el 15 de febrero de 1939 ingresaron oficialmente en el departamento francés de los  Pirineos Orientales un total de 353.107 personas. El gobierno francés decidió conducir a los exiliados de la zona este hacia las playas de Argelès-sur-Mer, a 35 km de la frontera. Fueron situados sobre la misma playa, y la zona se cercó con alambre de espino. Los enfermos y heridos colapsaron los hospitales de la región, y se establecieron dos campos próximos: Saint-Cyprien y Barcarès. Las condiciones de estos campos hicieron que las posibilidades de supervivencia de un recién nacido fueran prácticamente nulas, además de significar el parto un gran peligro para las madres. La mortalidad de los recién nacidos en los campos franceses superaba el 90%.

Elisabeth se desplazó junto a los refugiados al sureste de Francia, donde la mayoría fueron internados. Cuando le pidieron que ayudase a las mujeres y a los niños de la retirada no lo dudó. Buscó un edificio y logró ubicar la maternidad en un palacete de tres pisos semiabandonado a las afueras de Elne, en la carretera a Montescot: el castillo de Bardou, construido en 1900. El primer niño nació el 7 de diciembre de 1939.
A partir de ese momento se dedicó a buscar y a recoger a las embarazadas de los campos de internamiento habilitados por los franceses. Gestionó con las autoridades francesas los permisos necesarios, y negoció los protocolos de actuación del personal de la maternidad en los campos. Su actuación se desarrolló en el Campo de Argelès-sur-Mer y en los de Saint-Cyprien y Rivesaltes.
El centro utilizaba para los suministros los corredores sanitarios de la Cruz Roja Internacional. Se atendían, de media, 20 partos mensuales. Disponía de 50 camas, distribuidas por habitaciones de entre 4 y 8 camas cada una.
Al principio se mantuvo la maternidad gracias a donaciones voluntarias que llegaban de Europa (Picasso y Neruda fueron dos de sus benefactores). Tras el comienzo de la II Guerra Mundial, los fondos disminuyeron y comenzaron a llegar refugiados de Francia y del resto de Europa, principalmente mujeres judías que huían de la ocupación nazi. Unos 200 niños judíos nacieron allí. Debido a las dificultades, la asociación se fusionó con la Cruz Roja en enero de 1942.
La Maternidad Suiza de Elne, entre 1939 a 1944, vio nacer a 597 niños (400 españoles) y finalmente cerró sus puertas en 1944.
Después de la guerra, Elizabeth pasó el resto de su existencia al servicio de la asistencia humanitaria. Falleció en Zúrich el 23 de mayo de 2011, a la edad de 97 años.

El edificio estuvo abandonado hasta que en los años 90 fue adquirido por un artesano vidriero, François Charpentier, con el fin de establecer en él su taller. Este hombre conoce en el 2001 a Guy Eckstein, de ascendencia judía, que era uno de los niños que había nacido en la maternidad, y que le explicó la historia del edificio. Juntos decidieron buscar a Elisabeth Eidenbenz, y en 2002, la historia -perdida en el olvido- salió a la luz. Será este año de 2002 cuando el ayuntamiento de Elne organiza el primer homenaje institucional a la antigua enfermera, que volvió al castillo, para recibir la medalla de "Justos entre los Justos entre las Naciones" del instituto "Yad Vashem”.
El 14 de julio de 2004, el ayuntamiento de la villa, cuyo alcalde, Nicolás García, era nieto de refugiados españoles, anunció la adquisición de la maternidad, con el objeto de conservar su memoria. Será en el 2006 cuando nazca la Asociación DAME con el objetivo de reunir a los descendientes y amigos de la Maternidad de Elne.

En la actualidad, el Ayuntamiento de Elne, dirigido por Nicolás García, junto con la Asociación DAME, realizan el homenaje anual a esta mujer y a su inconmensurable gesta. Y, lo más importante, se tiene prevista la reactivación del edificio con proyectos educativos y sociales (también relacionados con la ayuda a mujeres) que permitan que esta maravillosa historia silenciada durante años no deje de brillar. Esperemos que cada año sean más los que conozcan su historia y ayuden a difundirla, y que juntos apoyemos todos los proyectos que quieren sacar adelante.

Los miembros de la Asociación DAME, así como los de la corporación municipal, desde el momento que tuvieron conocimiento del viaje que iban a realizar los compañeros del Colectivo Contra el Olvido y de la AMT, no han hecho sino facilitar nuestra visita con la más cálida de las acogidas. Queremos dar las gracias a todos ellos, y en especial a Serge Barba, a Celia García (presidenta de DAME), al alcalde Nicolás García, al teniente alcalde Pierre Subirats y a su mujer Christiane Subirats. Son un ejemplo de lucha contra el olvido y de lo que se puede hacer con tenacidad, ilusión y memoria, basando su trabajo en la dignidad que confiere la lucha y la resistencia tras el paso de los años y en principios éticos y morales que ambos colectivos compartimos.

Os invitamos a colaborar con ellos, difundiendo la historia de este edificio, de la heroína que salvó a cientos de niños y mujeres, y ayudando a buscar a los descendientes de la “señora Elisabeth”, como la llamaban las mujeres españolas refugiadas en esta casa.